Malas noticias para los genios de la comunicación política: reconvertidos, los medios siguen influyendo
Desde hace un tiempo, a nivel nacional como local, vemos a una fuerte convicción de consultoras político comunicacionales que teorizan sobre que los medios de comunicación dejaron de existir en tanto influyentes sobre la opinión pública.
Hay, en cambio, un profundo convencimiento de estos especialistas y estrategas que cobran mucho dinero a políticos y gobiernos, de que la comunicación debe restringirse casi exclusivamente a las redes sociales.
Lo más loco es que en general, estos genios del marketing y la comunicación política suelen tener las mismas estrategias para una campaña presidencial en Ecuador, una comuna de París o la intendencia de Los Menucos, que podría resumirse en "los medios de comunicación no existen más, apuntemos todo a las redes".
Bueno, hay malas noticias. No sólo en provincias y comunidades pequeñas como las nuestras, sino también a nivel nacional e internacional (veamos la campaña yanqui), los medios de comunicación tradicionales siguen teniendo un fuerte predicamento. ¿Tienen la misma influencia que La Gazeta en 1811, que La Nación en 1890 o que Clarín en 1990? No, por supuesto. El ecosistema está más variado, no hay posiciones (tan) dominantes, pero distinguimos fácilmente cómo aún los grandes medios porteños, los medianos provinciales y los pequeños locales continúan marcando buena parte de la agenda, que se retroalimentan con las redes sociales.
Los medios, por más devaluada que tengan su palabra, validan.
Por eso todos los gobiernos y todos los políticos se preocupan por ellos. Algunos los compran, otros se ocupan de ser simpáticos con sus periodistas y si no pueden ni una ni otra cosa, los atacan.
Ayer Javier Milei en TN mostró la hilacha. Si los medios no existieran como pregonan incluso sus consultores e influencers libertarios que festejan tener mil visualizaciones en un video de Youtube, el Presidente no se ocuparía obsesivamente de "trackear" a los periodistas, como confesó.
Malas noticias con los fanáticos de las redes y los consultores que vienen vendiendo un futuro que nunca que llega: los medios aún existen. No como antes, se reconfiguraron, tienen sus propias redes, son influencers destacados, autoridades del mundo virtual.
También los políticos, una vez despejado el humo de los genios teóricos de la comunicación política, deben repensar sus convicciones respecto a este tema.
Lo nuevo ya nació. Lo viejo no acaba de morir y aparentemente no morirá, se reconvertirá para sobrevivir y seguir vigente.
(*) Periodista