El banco en Viedma le dijo que no debía nada, pero igual lo inscribió como moroso: ordenan resarcimiento

Policiales y Judiciales01/02/2025
banco hipotecario
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Un hombre dio de baja su tarjeta de crédito luego de llenar un formulario en la sucursal bancaria de Viedma. Hasta ese momento no registraba ninguna deuda.

Sin embargo, un mes después recibió un mail del banco donde se le indicaba que estaba en mora y que “en caso de que no la regularice pasaría a ser gestionada por una agencia de cobranza generándose costos y honorarios de abogados”, consta en el expediente. Además, informarían al Banco Central.

Cuando se comunicó telefónicamente le hicieron saber que la deuda se trataba de la renovación de la tarjeta, más IVA y comisión por mantenimiento de la cuenta. Se negó a pagar por un producto que ya estaba dado de baja y solicitó que no le lleguen más intimaciones de deuda. De todas formas, continuó recibiendo correos electrónicos.
Realizó una denuncia en Defensa del Consumidor. En ese ámbito se concilió, se dio de baja la tarjeta y finalmente el banco le emitió un libre deuda.

Sin embargo, pasados unos meses recibió nuevamente correos electrónicos provenientes del Banco Hipotecario y llamados telefónicos de estudios jurídicos de cobranza que se fueron incrementando, “hasta llegar a ser mortificantes”, explicó.

Se comunicó nuevamente con el banco y le dijeron que tenía una deuda. Incluso figura como moroso en el Banco Central de la República Argentina.

El cliente, finalmente, inició una demanda en el fuero civil de Viedma. El Banco Hipotecario contestó que la información que poseía deuda “fue rectificada”, por lo que no se generó daño alguno.
La jueza civil tuvo en cuenta que el banco reconoció los hechos, “aunque en su defensa alegó que fueron errores que no causaron perjuicio económico” al cliente.

Al analizar el caso desde el punto de vista de la Ley de Defensa del Consumidor, concluyó que “los correos electrónicos y las contestaciones recibidas ante sus reclamos alteraron la tranquilidad espiritual del consumidor y deberán ser tenidos en cuenta al momento de valorar el daño moral”.

Además, “ante el hecho de que el actor continuaba registrado como deudor ante el sistema del Banco Central por una deuda ilegítima, si bien no se ha demostrado un perjuicio económico concreto, no caben dudas de que resultaba irregular y potencialmente dañoso”.

Finalmente, desglosó cada uno de los puntos reclamados y condenó al Banco Hipotecario a pagar al cliente un millón 700 mil pesos por daño moral y daño punitivo. 

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