Bienvenida lancha turística. Ahora es necesario definir el destino del catamarán
El servicio de una lancha de paseo ya es una realidad en Viedma. Un emprendimiento privado que, con esfuerzo propio, ha logrado concretarse.
Celebro y felicito a quien con esfuerzo lo lleva adelante y porque demuestra que el turismo náutico en nuestra comarca es posible. Es fundamental apoyarlo y acompañarlo.
Pero este nuevo servicio también obliga a las autoridades locales a definir, sin más demoras, qué hacer con el histórico catamarán Currú Leuvú II. Su deterioro es grave y cada vez se encuentra peor.
Se han gastado innumerables fondos públicos sin resultados concretos, y la situación no da para más.
Desde hace tiempo vengo proponiendo que el catamarán se instale en un punto fijo en tierra transformado en confitería, museo o centro cultural, de esa manera se preserva para las futuras generaciones una nave que es parte de nuestra identidad.
Una opción es adjudicarlo en concesión por varios años a un privado, que asuma todos los costos: reparación, traslado e instalación en un lugar de la Costanera o del Parque Ferreira. A cambio, el concesionario podrá explotar el espacio con un servicio gastronómico y/ o cultural, asegurando su mantenimiento y preservación.
Lo que no podemos permitir es que el catamarán siga abandonado, destruyéndose día tras día y gastando dinero municipal en un intento de hacerlo navegar que a todas las luces ha demostrado ser un derroche de recursos sin resultados a la vista
Es momento de que el municipio de Viedma tome una decisión definitiva.