Río Negro no es una isla: el peronismo antifrágil y la defensa de lo público
El triunfo del peronismo unido en Buenos Aires, con casi 14 puntos de ventaja sobre el oficialismo nacional, dejó una enseñanza de fondo: los intentos por quebrar al peronismo no hicieron más que fortalecerlo. Creyeron que con Cristina presa se terminaba el ciclo del peronismo. Se equivocaron: lejos de debilitarlo, lo fortalecieron.
El pensador libanés-estadounidense Nassim Taleb definió como antifrágiles a aquellos sistemas que, frente al estrés y al conflicto, no solo resisten, sino que crecen y se fortalecen. Eso fue el peronismo en Buenos Aires. Allí donde la presión parecía desbordarlo, encontró el modo de reinventarse. Y lo hizo con un factor decisivo: la unidad. Intendentes, dirigentes de peso y Sergio Massa confluyeron bajo la conducción de Axel Kicillof, que supo encauzar las diferencias en una estrategia común. Donde había ruido, construyó orden. Donde había fragmentación, generó cohesión.
La sociedad acompañó esa claridad. En los barrios populosos del conurbano, en la clase media comerciante y en el cordón industrial, el mensaje de ajuste y demolición de lo público fue rechazado de manera contundente. Atacar al Garrahan, desfinanciar universidades, recortar programas para personas con discapacidad o ajustar a los jubilados no se interpretó como una simple reforma técnica: se sintió como un ataque directo a la vida cotidiana de millones. Allí el peronismo, aun en la adversidad, encontró su punto de apoyo. Pero ese respaldo no debe leerse con autocomplacencia: es un llamado a escuchar, a actuar en consecuencia y a transformar el voto en políticas concretas que den respuesta a esas demandas a futuro.
En Río Negro, esta discusión también es nuestra. Los rionegrinos no vivimos en una isla. Cuando se recorta en educación o salud, cuando se abandonan programas de desarrollo o se paralizan obras estratégicas, eso golpea de lleno en nuestras ciudades y pueblos. Por eso el peronismo rionegrino no dudó en tomar partido: defender lo público es defender a los rionegrinos.
Muy distinto ha sido el camino de Juntos Somos Río Negro, que acompañó cerca del 80% de las leyes de La Libertad Avanza. Intentaron sostener una posición ambigua, pero en los hechos avalaron un proyecto que deja a los rionegrinos sin defensa y sin políticas públicas. Los ejemplos son claros: las rutas nacionales como la 22 y la 151 abandonadas por el gobierno nacional, las casi 200 viviendas en General Roca que quedaron sin construir tras la baja de programas nacionales, la Terminal de Ómnibus de Viedma que Nación decidió dejar sin financiamiento, y la Terminal de Bariloche, excluida de las prioridades nacionales y paralizada desde 2023. A eso se suman el recorte a las universidades y el debilitamiento de instituciones como el INTA y el INTI, claves para la producción y la innovación regional. No son datos menores: son la demostración de cómo cada voto en el Congreso repercute directamente en la vida de las familias rionegrinas.
La enseñanza es clara: la presión no debilitó al peronismo, lo fortaleció. Como lo describe Taleb, supimos ser antifrágiles. Y ese es el desafío hacia adelante: sostener la unidad y la defensa de lo público, no como un gesto ideológico, sino como la forma más concreta de cuidar a nuestro pueblo.
Si en Buenos Aires la unidad nos hizo más fuertes, en Río Negro será la clave para defender el futuro de nuestra gente.
(*) Militante Peronista - Politólogo - Secretario legislativo del bloque Peronista Vamos con Todos en el CD de Viedma