





Quien recorre Viedma a diario lo ve con claridad: el estado de las calles, especialmente las de tierra, es cada vez más preocupante. La problemática se transita y se escucha en la voz de los vecinos. Hay barrios donde, tras una lluvia, directamente no se puede salir de la casa. Familias enteras quedan aisladas, vehículos encajados, servicios colapsados.


No se trata de un barrio en particular, sino de una situación generalizada, que se repite año tras año sin una solución estructural.
En este contexto, urge pensar un plan serio, integral y a largo plazo, que no se quede en respuestas esporádicas. Viedma necesita comenzar ya un proceso de ordenamiento y recuperación de sus calles, con intervenciones planificadas, sostenidas y con compromiso. Para eso, es fundamental establecer convenios con Vialidad Provincial, el IDEVI, el DPA y cualquier institución que cuente con maquinaria y capacidad operativa para colaborar.
Además, es clave contar con un verdadero plan de asfaltado. Hoy, Viedma no lo tiene. Es urgente definirlo, planificarlo y ejecutarlo. Hay que priorizar los sectores más críticos, pero también avanzar decididamente en una política que extienda el asfalto donde sea posible y necesaria su implementación.
Sabemos que recientemente se recurrió a un crédito para la compra de maquinarias. Y si bien es necesario equipar al municipio, consideramos que esa deuda a tomar podría haber sido mucho menor si se hubiera tenido una administración más racional de los recursos. Por ejemplo, los gastos realizados en la última Fiesta del Río fueron excesivos en muchos aspectos. Queremos dejar en claro que no cuestionamos la realización de la fiesta, que es importante para la ciudad, pero sí señalamos los gastos desmedidosen varias contrataciones innecesarias y por montos desproporcionados.
Con una política más austera, ese dinero podría haberse ahorrado y destinado a necesidades urgentes, como el arreglo de calles, y así haber disminuido el monto del crédito para la compra de máquinas. Además, seguimos viendo maquinarias en desuso, como la barredora que fue adquirida para calles y prácticamente no se utiliza. Esa maquinaria podría canjearse por equipos que realmente sirvan para mejorar la transitabilidad de los barrios.
Entendemos que hay soluciones que requieren tiempo y planificación. Pero la urgencia está. Viedma necesita respuestas inmediatas. La compra de nuevas maquinarias, más un trabajo articulado a través de convenios, puede ser el inicio. Pero lo que no se puede permitir es seguir postergando. La situación no admite más dilaciones.
Hoy, en un nuevo aniversario de la ciudad, el estado de las calles sigue siendo una de las deudas más visibles y sentidas. Es tiempo de priorizar lo urgente, planificar lo estructural y escuchar a los vecinos que viven esta realidad todos los días.
(*) Secretario General, Partido PAR VIEDMA








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