Dos hermanos de 16 y 13 años solicitaron la supresión de su apellido paterno por considerar peligrosas las relaciones y el ambiente en el que se desenvolvía su progenitor.
El padre biológico falleció, pero mientras estuvo con vida tuvo conductas violentas hacia el grupo familiar, agravadas por el abuso de cocaína y otras sustancias tóxicas. Esto motivó que se insertara en el mundo del delito, colocándolos “en diversas situaciones de peligro tanto por su conducta como por la de terceras personas de su ambiente social”, dice el expediente.
Luego de una situación extrema en la que uno de sus hijos terminó lastimado por defender a su mamá de las agresiones físicas del progenitor, la madre decidió mudarse de localidad.
En la sentencia, la jueza de Familia de Viedma afirmó: “Las manifestaciones son coincidentes en señalar que ambos jóvenes son reconocidos por el círculo familiar, escolar y amistades con el apellido materno, porque así se hacen llamar. Este es el deseo de ambos: quitar el apellido paterno de su denominación formal y portar solamente el apellido de su madre”.
Por su parte, el Equipo Técnico Interdisciplinario, en el informe presentado, consideró como relevante lo expuesto por ambos jóvenes: “Tener el apellido de mamá es sacarse un peso de encima”. Las profesionales concluyeron que el relato de los adolescentes fue genuino respecto de sus vivencias, propio de un relato no inducido. Por eso, se sugirieron que se haga lugar a lo solicitado en el presente expediente.
Además, se tuvieron en cuenta los informes de los establecimientos educativos a los que concurren.
La jueza en el fallo explicó: “en la audiencia donde pude oírlos, logramos tener un extenso diálogo con ellos y observar que se encontraban afectados por la preocupación mantenida durante toda su vida de mantenerse a salvo y no querer que los relacionen con su progenitor (autoprotección). Manifestaron que hasta han sufrido amenazas de muerte por parte de su propio progenitor”.