Río Negro12/12/2025

En un encuentro sencillo y lleno de emociones, dos hermanos conocieron su adopción

Tienen la misma edad, van a la escuela, juegan en el club, tienen perros y gatos, y eligen sus golosinas favoritas en la despensa del barrio. Desde hace un tiempo, también duermen en camas que ya sienten propias, con frazadas que huelen a casa. Y este jueves, en un acto íntimo y sentido realizado en el edificio de Roca y Sarmiento del fuero de Familia de Cipolletti, recibieron la noticia que venían esperando: el Poder Judicial de Río Negro reconoció legalmente que forman parte de una familia.

La adopción plena les otorgó el lugar legal de hijos. Pero para estos dos hermanos, ese lugar ya estaba lleno de sentido antes de la firma. Durante una audiencia realizada a principios de diciembre, lo dijeron con claridad: querían ser adoptados por las personas con quienes convivían, y deseaban llevar los nombres y apellidos que ellos mismos eligieron.

El proceso se inició a partir de la declaración de adoptabilidad dictada a mediados de año, cuando el fuero de Familia de Cipolletti autorizó la guarda preadoptiva. Desde entonces, los hermanos vivieron junto a la pareja que los acompañó en la construcción de una vida cotidiana: compartieron desayunos, idas a la escuela, tardes de juego, festejos familiares y visitas al club.

En la audiencia, los dos hablaron con confianza. Se mostraron cómodos. Llamaron mamá y papá a quienes ahora también lo son por decisión del Poder Judicial. Los equipos técnicos que intervinieron en el proceso destacaron la solidez del vínculo afectivo, el respeto por las trayectorias previas de los niños y el acompañamiento constante que recibieron.

También señalaron que ambos lograron integrarse a su nuevo entorno social y escolar, con avances significativos y una adaptación positiva. Los informes describieron un espacio familiar cuidado, con rutinas claras y momentos de disfrute.

Un acto con emoción compartida

Este jueves, en la sala del fuero de Familia de Cipolletti, la comunicación de la sentencia se realizó de un modo especial. En lugar de una lectura formal, se llevó adelante un acto pensado para los niños. Participaron sus padres adoptivos, las profesionales del Equipo Interdisciplinario, las defensoras públicas que los acompañaron a lo largo del proceso, y también la jueza que dictó la adopción.

Durante el acto, la jueza les habló directamente a los hermanos y les leyó algunos párrafos especialmente escritos para ellos, en un lenguaje claro y afectivo, incluidos en la propia sentencia. Se trató de un momento cargado de emociones, donde se celebró la historia compartida.

Toda la Unidad Procesal participó activamente del encuentro. Integrantes del equipo trajeron globos, banderines y regalos, y colaboraron para que el espacio se sintiera cálido, cercano y festivo. Fue una muestra de compromiso colectivo y de acompañamiento sostenido a lo largo del proceso.

La resolución otorgó la adopción plena con efectos retroactivos a la fecha en que se dictó la guarda. Ordenó la inscripción de los nuevos datos en el Registro Civil y la emisión de nuevos documentos de identidad. Además, garantizó que los hermanos mantendrán el vínculo con un hermano biológico, en cumplimiento del derecho a la comunicación previsto en la legislación vigente.

Ese día, el edificio del fuero de Familia de Cipolletti no fue solo un lugar donde se dictó una sentencia. Fue también el escenario de una celebración compartida, donde dos hermanos recibieron el reconocimiento de una historia que ya venían viviendo: la historia de una familia que eligieron y que ahora también los eligió legalmente. Salieron con muchos regalos, un apellido compartido y una identidad construida entre afectos.