Viedma: Quienes se presentaban como sus padres eran sus abuelos y su hermana era su madre: medio siglo después sus documentos dicen la verdad
Cuando cumplió quince años, una adolescente de Viedma descubrió que la historia que había guiado toda su vida no era cierta. Aquella mujer a la que siempre había llamado hermana era, en realidad, su madre biológica. Y quienes figuraban en su partida de nacimiento como sus padres eran, en verdad, sus abuelos maternos.
Un día, la mujer que se presentaba como su hermana mayor —pero que en realidad era su madre— no pudo sostener más el silencio. Le reveló que cuando tenía 17 años había cursado un embarazo tras una relación de corto tiempo. Corrían los años setenta, y en determinados entornos sociales la maternidad adolescente fuera del matrimonio era duramente juzgada.
Por eso, los padres de la joven decidieron ocultar el embarazo y, al nacer la beba, la inscribieron como hija propia. Sus abuelos asumieron públicamente el rol de padres, y la madre biológica fue presentada como su hermana.
Con el tiempo, su madre biológica también le reveló la identidad de su padre y, antes de fallecer, le pidió que intentara contactarlo, aun frente a la oposición del resto de la familia materna.
Los años pasaron, pero la necesidad de verdad persistió. Ya en la segunda década de este siglo, y con toda su familia materna fallecida, la mujer decidió buscar a su padre biológico. Logró contactarlo y el hombre le confirmó que había mantenido una relación de casi un año con su madre. Rápidamente establecieron un vínculo afectuoso y comenzaron a recuperar las décadas perdidas.
La mujer fue recibida con afecto por su padre, su esposa y sus hijos. Por primera vez, pudo mirar su historia desde un lugar completo, donde los nombres, los afectos y la biología coincidían.
El hombre accedió a realizarse una prueba de ADN, cuyo resultado fue contundente: era su padre biológico. Entonces, la mujer decidió dar el paso que faltaba. Recurrió al Poder Judicial y, a través de un proceso en el fuero de Familia de Viedma, solicitó que su partida de nacimiento reflejara la verdad.
En la causa se valoró especialmente la declaración testimonial del hombre identificado como su padre biológico.
Esta semana, la sentencia reconoció oficialmente lo que el ADN y la historia personal ya habían confirmado: la mujer es hija biológica de su madre fallecida y de su padre biológico. El fallo también dispuso la impugnación de la filiación respecto de quienes habían sido inscriptos como sus padres en los registros civiles.