La misión científica frente a Viedma explorará los cañones submarinos para estudiar la corriente de Malvinas
Un grupo interdisciplinario de 25 científicos y técnicos argentinos se prepara para embarcarse en una expedición única que estudiará el sistema de cañones submarinos en el borde de la Plataforma Continental Argentina, a unos 500 kilómetros mar adentro. La campaña se llama “Ecos de Dos Cañones” y comenzará en octubre con apoyo del Schmidt
Ocean Institute (Estados Unidos), la Fundación Williams (Argentina) y el proyecto PataSWOT (fondos NASA y CNES).
El equipo está liderado por la Dra. Silvia Inés Romero, jefa científica de la campaña e investigadora del Servicio de Hidrografía Naval (SHN), y lo integran especialistas de distintos organismos nacionales como el Centro de
Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA-UBA-CONICET) y un técnico francés (CNRS).
“Somos muchos investigadores que estamos súper emocionados. Esta es una de las ocho propuestas argentinas aprobadas por el Schmidt Ocean Institute, que nos facilita un barco increíble, súper tecnológico y conectado, ideal para
transmitir en vivo y para la recolección de datos de corrientes en alta resolución”, expresó Romero en diálogo con la periodista Natalia Gili, para Radio Nacional Viedma.
Qué van a investigar frente a Viedma
A diferencia de otras campañas que se enfocan en organismos del fondo marino, el objetivo principal de esta expedición es estudiar la geología y la dinámica oceánica en dos sistemas de cañones submarinos: uno ubicado
frente a Viedma (a unos 500 kilómetros mar adentro) y otro frente a Rawson (a 450 km).
El equipo quiere comprobar la existencia de valles submarinos y analizar cómo estas formaciones en sus cabeceras afectan las corrientes oceánicas, en particular la interacción con la corriente de Malvinas, una de las más
importantes del Atlántico Sur.
“Nuestra hipótesis es que los cañones desvían el flujo de la corriente de Malvinas hacia la plataforma continental, facilitando el ingreso de aguas ricas en nutrientes como el nitrato, que es el fertilizante principal del fitoplancton”,
explicó Romero.
Este proceso es clave para comprender la productividad biológica del Mar Argentino, ya que sin las corrientes tanto horizontales como verticales que movilizan nutrientes no existiría el fitoplancton, que es la base de la cadena
alimentaria que sostiene a peces, moluscos y organismos más grandes.
Un laboratorio flotante de última generación
La expedición utilizará el buque oceanográfico Falkor (too) del Schmidt Ocean Institute, equipado con tecnología de punta. Además del ROV Subastian (vehículo operado remotamente) que, en esta oportunidad, bajará hasta 1.000 metros de profundidad para registrar imágenes del fondo marino, los científicos operarán un glider (vehículo autónomo con sensores) y boyas derivantes para estudiar cómo se desplazan las corrientes superficiales.
Romero aclaró que el foco no estará puesto en la biodiversidad visible como en la campaña del Cañón Mar del Plata, sino en el plancton microscópico. Y aclaró que el ROV SuBastian también tomará muestras de sedimento del fondo marino y permitirá con sus cámaras ver por primera vez la estructura del fondo.
El CTD es otro equipo del Falkor que utilizarán mucho en 40 estaciones oceanográficas, para muestrear parámetros físicos y químicos de las aguas en estos ecosistemas particulares.“Nos interesan las corrientes horizontales y verticales, cómo se transporta el material orgánico, cómo se fertiliza el océano y cómo eso impacta en la vida marina. Si no hay movimiento, no hay vida”, señaló.
También habrá transmisión en vivo con streamings submarinos, una herramienta que permite acercar esta experiencia científica al público y a la comunidad educativa.
FUENTE: Bariloche 2000