La concejal María Andria acompañó la aprobación del Presupuesto 2026 "por responsabilidad institucional", señalando que "garantizar gobernabilidad es fundamental para que la ciudad cuente con las herramientas necesarias para funcionar". Sin embargo, aclaró que “acompañar con el voto no significa acompañar con silencio”, marcando una postura crítica frente al estado actual de Viedma.
Andria advirtió que "la ciudad evidencia un deterioro creciente: plazas y juegos sin mantenimiento, calles con pozos, costanera descuidada y espacios públicos sucios, pese al esfuerzo que realizan los vecinos a través del pago de tasas". También cuestionó "la falta de planificación", al observar que varios objetivos del Presupuesto 2025 reaparecen en 2026 sin avances concretos, lo que —sostuvo— refleja fallas en las prioridades de la gestión municipal.
La concejal remarcó además "la falta de escucha hacia las Juntas Vecinales", recordando que "hubo propuestas para el Presupuesto Participativo que no fueron incorporadas". En paralelo, insistió en que Viedma "debe impulsar la producción local con menos trabas y menos burocracia, convirtiéndose en un aliado de quienes emprenden y generan empleo, en lugar de obstaculizar su desarrollo".
Sobre seguridad, señaló que "aunque sea competencia provincial, el municipio tiene responsabilidades ineludibles: iluminación, orden urbano, señalización, prevención y la activación del Consejo de Seguridad, hoy inactivo". “Tenemos ordenanzas aprobadas que todavía no se aplican. La inseguridad se combate con acciones concretas, no con excusas”, afirmó. Y concluyó: “Viedma necesita un gobierno que escuche, que planifique y que ejecute. Nuestro voto acompaña, pero Viedma no puede seguir a la deriva”.
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