


Escape libre: el ruido que perturba las calles de Viedma y la pasividad del Municipio
Viedma22/10/2025


El sonido de los escapes libres se ha vuelto parte del paisaje sonoro de Viedma. En distintos barrios, vecinos y vecinas manifiestan su hartazgo ante el ruido constante de motos que circulan sin control, especialmente durante las noches y los fines de semana. Pese a los reclamos, las sanciones son escasas y el problema parece no tener solución inmediata.


“Es imposible dormir. Pasan a toda velocidad con escapes que hacen un ruido infernal. Llamamos, reclamamos, pero nadie viene”, comenta una vecina del barrio Zatti, reflejando una queja que se repite en numerosos sectores de la ciudad.
Una infracción que tiene sanciones, pero no controles
El escape libre o modificado está expresamente prohibido por la legislación de tránsito. El artículo 74 inciso c de la Ley Nacional de Tránsito N° 24.449 establece que los vehículos deben mantener en buen estado los sistemas de escape, de manera que no produzcan ruidos excesivos ni gases contaminantes.
En Viedma, el Código de Faltas Municipal también considera infracción circular con escape adulterado o sin silenciador, y prevé multas, retención del vehículo y secuestro del caño de escape. Sin embargo, la aplicación de esas sanciones depende de los operativos de control, que son cada vez más esporádicos.
En los últimos meses, vecinos de diferentes barrios —como Las Flores, Don Bosco, Castelli y San Martín— advirtieron que los controles son casi inexistentes, y que incluso cuando se denuncia, la Policía o los inspectores municipales no actúan de manera efectiva.
“Falta decisión política”
Desde distintos sectores vecinales se apunta al Municipio de Viedma por la falta de voluntad para sancionar a quienes generan este tipo de contaminación sonora. “No se trata solo del ruido, es también una cuestión de seguridad vial. Los que circulan con escape libre suelen hacerlo sin casco y a gran velocidad. No hay operativos, ni retenes, ni controles reales”, señalan.
En más de una oportunidad, el Concejo Deliberante trató el tema a pedido de los vecinos, pero los resultados fueron nulos. Las quejas llegan tanto a la Dirección de Tránsito como al Juzgado de Faltas, pero rara vez se traducen en sanciones efectivas.
El ruido como forma de contaminación
Según la Organización Mundial de la Salud, el ruido ambiental excesivo afecta la salud, puede provocar estrés, insomnio y pérdida auditiva, y se considera una forma de contaminación urbana. En Viedma, la situación se agrava por la falta de un plan de control sostenido y la ausencia de un sistema de denuncias eficiente.
Vecinos cansados de esperar
Mientras tanto, los reclamos se multiplican en redes sociales y en grupos comunitarios. “No queremos que persigan a los jóvenes, solo que se hagan cumplir las normas. No puede ser que cualquiera ande con un escape de carrera en plena ciudad”, se quejan desde el barrio Guido.
El Municipio sostiene que los controles se realizan “en la medida de los recursos disponibles”, aunque los vecinos afirman que no hay presencia de inspectores durante las noches, cuando el problema se hace más evidente.
Un problema que necesita decisión
La circulación con escape libre no es un tema menor: involucra normas de tránsito, convivencia ciudadana y responsabilidad institucional. En Viedma, la queja es unánime: los vecinos están cansados del ruido y de la inacción.
La solución —según coinciden especialistas y ciudadanos— no pasa solo por sancionar, sino por mantener controles permanentes, incautar los escapes ilegales y aplicar multas efectivas. De lo contrario, el ruido seguirá siendo la banda sonora del descontrol nocturno.





















