Investigadores del CONICET reconstruyen la historia de huellas fósiles de 72 millones de años ubicadas en Jacobacci
Tradicionalmente, los habitantes de Ingeniero Jacobacci, en la provincia de Río Negro, utilizan piedras lajas extraídas de canteras familiares para construir sus viviendas: pisos, paredes y otras estructuras, aunque sin fines comerciales. Fue así que, en 1978, el paleontólogo y arqueólogo argentino Rodolfo Casamiquela hizo un hallazgo inesperado, advirtió que algunas de las lajas que formaban la vereda de una casa particular en la localidad contenían huellas fósiles. Éstas provenían de una cantera de la familia Rodríguez, ubicada en una zona llamada Monton Iló. Años más tarde, Casamiquela estudió y describió la laja creando los nombres científicos de las pisadas, Patagonichnornis venetiorum y Tridigitichnus inopinatus.
"Durante muchos años no pudimos dar con el trabajo original de Casamiquela, ya que una de las lajas fue donada al investigador italiano Giancarlo Ligabue, quien la llevó al Museo de Historia Natural de Venecia, donde hoy se conserva y exhibe. Por lo cual se complicaba el estudio de las huellas. Casi treinta años después se decidió reconstruir la historia completa de la laja revisando su valor científico y patrimonial, aplicando además nuevas tecnologías, como la fotogrametría 3D, para documentarla con detalle. El objetivo fue recuperar esa parte olvidada del patrimonio paleontológico argentino y darle visibilidad tanto a nivel científico como cultural", explica Silvina de Valais, investigadora del CONICET con lugar de trabajo en el Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG, CONICET-UNRN).
Características de las pisadas
"Vale la aclaración de que Patagonichnornis venetiorum y Tridigitichnus inopinatus son los nombres de las huellas fósiles y no de los animales que las dejaron. No sabemos exactamente quiénes fueron esos animales, pero por la morfología, la edad y la distribución podemos estimarlo", indica de Valais.
Patagonichnornis venetiorum corresponde a huellas pequeñas, con tres dedos delgados, similares a las que dejan hoy las aves costeras conocidas como shorebirds. En cambio, Tridigitichnus inopinatus fue atribuido originalmente por Casamiquela a un pequeño dinosaurio, posiblemente un hadrosaurio, aquellos famosos dinosaurios herbívoros de “pico de pato”. Las lajas que conservan estas huellas se formaron durante el Cretácico Superior tardío, hace aproximadamente 72 millones de años.
La investigadora comenta que "en total se hallaron al menos 9 lajas en la vereda provenientes de la misma cantera, en la mayoría hay huellas que sí pueden ser vinculadas a Patagonichnornis venetiorum, pero no hemos encontrado nada similar a lo que Casamiquela nombró como Tridigitichnus inopinatus en la laja donada que se encuentra en el Museo de Historia Natural de Venecia".
Además, en las mismas rocas se identificaron trazas dejadas por distintos tipos de invertebrados, lo que, junto con la información geológica de las lajas portadoras, permite reconstruir el paleoambiente de la zona en aquella época. Este conjunto de evidencias revela las interacciones entre diferentes organismos que habitaron ese antiguo ecosistema, brindándonos una verdadera ventana a la vida del Cretácico patagónico.
Importancia patrimonial
Este estudio demuestra que el patrimonio paleontológico no siempre se encuentra en museos, instituciones académicas o yacimientos alejados, sino que también puede formar parte de la vida cotidiana, incluso en algo tan común como la vereda de un pueblo. Además, pone en valor a las huellas fósiles como testimonios únicos de organismos del pasado, que muchas veces no dejaron restos óseos, pero sí la marca de su paso. Las huellas conservadas en la laja que hoy se encuentra en Venecia son irremplazables, ya que definieron especies fósiles y poseen un valor científico y patrimonial incalculable.
"Imaginar que estas huellas pudieran formar parte de un circuito educativo o turístico en la región no es una idea lejana. De hecho, podrían convertirse en el eje de un proyecto que combine ciencia, historia y turismo, mediante la señalización del lugar, la elaboración de materiales informativos -como folletos o códigos QR- y la realización de visitas guiadas. Iniciativas de este tipo permitirían poner en valor el hallazgo, contribuyendo a fortalecer la identidad cultural y científica de la región", concluye la paleontóloga.
El trabajo fue realizado en conjunto por un equipo de investigadores argentinos del CONICET, e investigadores de la Universidad de Cantabria –España- e Italia. También participaron personas de la comunidad local que ayudaron a reconstruir la historia y trabajadores del Museo Jorge H. Gerhold.
Referencia bibliográfica:
Díaz-Martínez, Urzagasto-Torres, S., I., Citton, P., Belvedere, M., de Valais, S. 2025. The Holotypes of Patagonichornis venetiorum Casamiquela 1996 and Tridigitichnus i nopinatus Casamiquela 1996 Vertebrate Ichnotaxa (Late Cretaceous, Patagonia): History and Patrimonial Significance. Geoheritage 17: 161.
Link: https://rdcu.be/eN8Io