Tras 50 años de historia familiar, la nieta obtuvo la propiedad de sus abuelos
Durante más de cinco décadas, una casa en Cipolletti albergó la historia de una familia que comenzó con los abuelos, quienes en 1967 construyeron allí su hogar. Con la ilusión de un futuro compartido, levantaron su vivienda sobre un lote que, por un error en la inscripción catastral, quedó atrapado en una confusión legal. A pesar de que los papeles señalaban otra cosa, ellos vivieron cada rincón de la propiedad como suyo, cuidándola, mejorándola y viendo crecer a sus hijos y nietos.
Un fallo del fuero Civil de Cipolletti otorgó finalmente a la nieta el derecho sobre el inmueble que habitó junto a su familia durante más de 50 años. La resolución reconoce la prescripción adquisitiva del lote, ubicado en la ciudad, luego de que la mujer probara una ocupación continua, pacífica y pública desde 1967.
El caso se inició en 2022 cuando la mujer, nieta de los primeros ocupantes, presentó una demanda basada en el artículo 1899 del Código Civil y Comercial, invocando la prescripción veinteañal. La propiedad, que aún figura a nombre de un titular fallecido, había sido ocupada por la familia desde la década del 60. A lo largo de los años, realizaron mejoras y pagaron impuestos. Así consolidaron la posesión del inmueble.
En 1983, un error en la numeración de los lotes complicó la situación legal, lo que llevó a la necesidad de regularizar la titularidad del terreno. Aunque se firmó un boleto de compraventa para corregir el error, la escritura nunca se formalizó. Desde ese momento, la abuela de la reclamante mantuvo la posesión hasta su fallecimiento en 2020, y la mujer continuó viviendo en el lugar.
Durante el proceso judicial, se presentaron documentos como facturas de servicios e impuestos para respaldar los actos posesorios de la familia. Testigos también confirmaron las mejoras realizadas en la vivienda a lo largo de los años, que incluyeron la renovación de instalaciones y reparaciones estructurales. Los herederos del titular registral original aceptaron la pretensión de la nieta.
El fallo determinó que se cumplieron los requisitos legales para la prescripción adquisitiva. Se destacó que el transcurso de más de 20 años de posesión continua y con ánimo de dueño fueron elementos clave en la decisión. Según la resolución, la mujer obtuvo el dominio del inmueble en 1984, luego de completar el plazo legal necesario para adquirir la propiedad mediante usucapión. La sentencia también ordenó la inscripción del dominio a nombre de la nieta en el Registro de la Propiedad Inmueble de la provincia de Río Negro.