
Marisa Galdame fue asesinada en Allen a puñaladas por Pedro Acuña, su ex pareja
Nos siguen matando. En lo que va del 2023, se registraron 4 femicidios en Río Negro y junto a la provincia de Neuquén suman un total de 11. El pasado 30 de octubre, uno más, el femicidio de Marisa Galdame.
En las notas periodísticas se ha informado que Marisa Galdame había denunciado previamente a su femicida y había pedido la exclusión de su domicilio por razones de violencia y que un tiempo después había retirado la denuncia. Sin embargo, esto no debe ser una justificación del incompetente accionar del Estado porque se debe garantizar el acceso a la Justicia, las acciones estatales de protección en estos casos y un seguimiento profundo de cada una de estas situaciones. Sabemos que existen varias razones por las que las mujeres no denunciamos, retiramos las denuncias o siguen conviviendo con el agresor como son la falta de autonomía económica, los hijos e hijas, las manipulaciones y el miedo. El Estado debe garantizar el monitoreo y seguimiento de las situaciones de violencia por razones de género aún en los casos en los que las denuncias hayan sido retiradas, ofrecer espacios de escucha y promover la autonomía económica de las mujeres.
Seguimos denunciando los números, año tras año: en Argentina, entre enero y septiembre de 2023 hubo 244 víctimas de violencia de género, entre ellas 223 femicidios, 3 trans/travesticidios y 18 femicidios vinculados de varones adultos y niños. El flagelo de la violencia de género es a escala mundial: según un estudio publicado por ONU Mujeres esta semana, 81.000 mujeres y niñas fueron asesinadas intencionadamente en 2021 en todo el mundo y más de la mitad murieron a manos de sus parejas u otros familiares. Los datos presentados por el informe revelan que, durante la última década, el número total de mujeres y niñas víctimas de femicidio se ha mantenido, lo que implica que debemos reflexionar, discutir y repensar sobre las políticas que hemos promovido para prevenir, sancionar y erradicar las violencias por razones de género.
Seguimos nombrándolas. Lamentablemente, en nuestra región, contamos con varios femicidios, algunos que aún continúan impunes. Este año, se cumplieron 25 años del primer triple femicidio que conmocionó a Cipolletti: en 1997 fueron asesinadas las hermanas María Emilia (24) y Paula González (17) y su amiga Verónica Villar (22). El único condenado por el triple femicidio fue Carlos Kielmasz, quien fue sentenciado en 2001 a prisión perpetua. Los reclamos de justicia señalan que no hubo un único responsable y críticas y denuncias a la investigación.
También se cumplieron más de 20 años del segundo triple femicidio en Cipolletti: Mónica García (28), Carmen Marcovecchio (30) y Alejandra Carbajales (40) fueron asesinadas en Cipolletti el jueves 23 de mayo del 2002. David Sandoval fue el único detenido y enjuiciado dos veces: en el primer juicio fue sobreseído por el beneficio de la duda; en el segundo fue condenado a perpetua. Sin embargo, se encuentra en libertad porque la Corte Suprema de Justicia consideró que nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo hecho. Entre el primero y el segundo triple femicidio, ocurrieron los femicidios de la bioquímica Ana Zerdán, en 1999, y el de la kinesióloga Diana del Frari, en el 2001. Y en octubre de 2006, el femicidio de Otoño Uriarte, la joven de 16 años que desapareció en Fernández Oro y encontraron su cuerpo 6 meses después en Cipolletti, con signos de violencia y agresión sexual. Su femicidio continua impune.
La lista de femicidios continúa y no para.
Solo por mencionar los más recientes: el femicidio de Agostina Gifsman (22) en mayo de 2021 en Centenario, Patricia Rendón Rodríguez (31) en junio de 2022 en Catriel, el de Agustina Fernández (19) en julio de 2022 en Cipolletti. En 2023, en junio el femicidio de Agostina Ríos (21) en Stefenelli (Roca), en julio el de Marisa Coliman en Luis Beltrán, en agosto el de Silvia Cabañares en Cipolletti y en octubre el de Carina Barros (15) en Buta Ranquil, y ahora el de Marisa Galdame en Allen.
Es por ello que tenemos que continuar avanzando cada día con la transformación cultural, con las normas, seguir denunciando y repudiando, pidiendo justicia. La educación y la justicia es el camino para erradicar las violencias por razones de género.
*Diputada Nacional por Río Negro
Frente de Todos